FG: Gracias por la invitación, por convocarnos a este proyecto. Nosotros somos Taller 25, una oficina de Santiago de Chile, compuesta por Fabiola Gonzalez y Yair Estay. Nuestra oficina principalmente se dedica a lo que es diseño y construcción, a la docencia y la investigación.

{in}: Taller 25 es una oficina que desarrolla su práctica por medio de la realización de proyectos, investigaciones, organización de eventos y docencia. ¿Existe algún discurso común que vincule cada una de estas actividades? ¿Cuáles son las intenciones, posturas o planteamientos que determinan la práctica de Taller 25?

YE: La práctica de Taller 25, desde un inicio, quizás remontándonos a 2014 o 2015, estuvo definida por haber identificado un sector social. En específico estamos hablando de clase media y sus necesidades ante la arquitectura, en un tiempo en que los servicios de arquitectura no llegaban o no respondían a las necesidades de este sector social, en específico a la vivienda. He ahí donde se identifica una problemática en la cual nosotros empezamos a operar a través de encargos que nos llegaron de este sector social. Eso por un lado ante lo que es práctica, en específico lo que es diseño y construcción. Eso obviamente fue dando pie a problemáticas también que iban sorteando de alguna forma, o enfrentando estos sectores medios para poder concretar estos proyectos y también al mismo tiempo poder tomar los servicios de arquitectura.

FG: Yo creo también que el discurso que une en realidad todo lo que hace nuestra oficina está ligado, como dice Yair, a lo que es la clase media identificando la problemática que hay detrás de esto y también posicionándose dentro de estos. Yo creo que eso es bien importante, reconocer en qué segmento nos movemos y empezar desde ahí a reconocer cuales son las problemáticas desde la vivienda, que fue nuestra primera llegada, y luego empezar a incorporar todo esto a lo que era la academia. Poder mirar lo que estaba pasando desde ahí y también dentro de la práctica y las condiciones laborales. 

{in}: A propósito de lo que mencionan, del campo de interés de la vivienda para clase media, me gustaría saber en específico que les interesa de la vivienda de clase media. ¿Les interesa abordarlo desde un punto de vista tipológico, constructivo, presupuestario, colaborativo, o funcional?

YE: De alguna manera creo que recoge todo lo que mencionaste. Los proyectos de los sectores medio nos han dado la posibilidad de problematizar ciertas inquietudes en primera instancia y después líneas de investigación en la oficina. Creo que allí es donde aparecen corresidencia, allegamiento, de alguna manera núcleos familiares que se van complementando para poder obtener esta vivienda, esta casa propia. He ahí donde hemos respondido con proyecto, y proyectos que en términos de diseño, construcción y experimentación tipológica también nos han dado la oportunidad de indagar en las superposiciones programáticas. Creo ahí hay un tema bien complejo, que un espacio no cumpla solamente un programa determinado sino de alguna manera responda a las necesidades y las problemáticas de los sectores medios. Y a eso en específico me refiero a un lugar de producción porque hay microeconomías, donde pueden elaborar sus productos y venderlo en el barrio. Creo que eso también se ha dado en los proyectos que hemos desarrollado, esos espacios de superposición programática, e incluso también espacios difusos, que la casa o la vivienda y la tipología tengan la capacidad o la flexibilidad de irse adaptando y modificando a las necesidades de esta familia. 

FG: Entonces no hay algo específico, sino que los nos interesa más que nada es como se relaciona la arquitectura con este segmento. Hasta unos diez años atrás la relación de la arquitectura con este segmento era muy escasa, no había referentes directos donde uno podía buscar y decir: “… se están haciendo cosas, existe esto”, pero no se estaba trabajando más allá, no se estaba mostrando. Yo creo que no es algo específico, sino que es más que nada esta relación entre una parte y la otra.

{in}: Uds. conforman una novel oficina de arquitectura que, a nuestro parecer, han sido precoces en reconocerse ustedes mismos como agentes de creación, consolidación o negación de discursos dentro del contexto arquitectónico reciente en Chile, ralentizando entonces la inercia que podían haber tenido en el abordaje automático de encargos, para conformar una actitud crítica sobre la cual operar. ¿Cuál fue la coyuntura que les hizo estar conscientes de esto? ¿Cómo se ha visto reflejado en el desarrollo de sus proyectos?

YE: Hay varios puntos ahí bien importantes a abordar. Uno es reconocerse o situarse dentro de un sector social y poder identificar problemáticas para poder resolver desde una práctica, en específico desde la arquitectura, del ejercicio profesional, creo que es una primera instancia. En el ámbito académico, nosotros nos formamos en un momento, no hace tan poco tiempo, en el cuál la formación estaba condicionada por un discurso hegemónico, lleno de obras canónicas y relatos realmente exitosos dentro de la arquitectura. Cuando uno sale al ámbito laboral y empieza a colaborar con oficinas, ser parte de equipo de oficina, se da cuenta que hay una serie de problemáticas, incluso fracasos en proyectos y que todo eso, llamemos discurso o proyectos canónicos llenos de éxitos, quedan de alguna manera en un cuestionamiento total. Creo de allí proviene la intención de sacudirse un poco esa formación y empezar a identificar cierta problemática y, llamémoslos, cracks o grietas que pueda tener el sistema, refiriéndome específicamente al caso de Chile en el cual vivimos, donde las clases sociales están totalmente divididas. Pero pasa que el sector medio, entendido como clase media con diferentes categorías y diferentes necesidades, es donde la arquitectura no llegaba, no respondía, y por lo tanto no se podían obtener respuesta en términos habitacionales o de otra envergadura o de otras situaciones.

FG: ¿Cómo se ha visto reflejado esto en nuestros proyectos? Yo creo que una de las cosas más importantes para nosotros en todo este periodo ha sido poder, de cierta forma, trabajar directamente en estos proyectos con los clientes intentando, como decía Yair en un momento, llevar al límite los materiales estándar de construcción que tenemos disponibles aquí en Chile y proponer un diseño participativo con el cliente, ir muy de la mano con ellos. Principalmente tratar de abordar de la mejor forma posible lo que respecta a los recursos que tienen estos clientes y la problemática que traen en sí. Las diferentes metodologías que fuimos identificando respondían a reconocer el allegamiento, la corresidencia, la intención de mantenerse en el barrio; entonces tomábamos eso para armar un proyecto muy participativo con el cliente, vinculando constantemente todos los elementos que iban apareciendo.

{in}: Uds. han demostrado interés en sistematizar el trabajo realizado en cada una de las variantes de su práctica arquitectónica: representaciones, levantamientos, modelos, grabaciones, representaciones. ¿Esto es realizado explícitamente? ¿Cómo es levantada, analizada y representada la información con la que Uds. trabajan?

FG: Desde mi punto de vista, creo que el trabajo que hemos ido realizando, independiente del tipo de proyecto: desde diseño y construcción hasta los proyectos de investigación, no sé si lo tenemos tan sistematizado. Yo creo que eso va variando proyecto a proyecto. Por ejemplo, con respecto a “Encargos comunes”, durante el proceso de cada proyecto se va haciendo un registro fotográfico, y posteriormente decidimos realizar entrevistas a los clientes, al mandante en este caso, y así va variando. Con “XFormas” se hizo otro registro, pero no sé si está tan claro el tema de la sistematización. Va variando proyecto a proyecto y va a ir dependiendo de las necesidades de cada proyecto.

YE: Quizá, más que sistematización, hay estrategias, estrategias que desarrollamos de acuerdo con el encargo. Obviamente, esas estrategias responden también a las variables que pueda tener cada proyecto: recursos, ubicación, tipo de mandante, las problemáticas y necesidades que tenga el mandante, a partir de allí abordamos ciertas estrategias. 

FG: En contenido, quizá, no hay una sistematización, sino más bien en la gestión y en armar equipos, tratar siempre estar trabajando con más personas. Yo creo que quizá por allí podría ir, pero en el tema de ir armando y juntando el contenido no sé si hay una metodología tan clara. También pasa, o me puedo equivocar, que somos una oficina bastante joven que tiene seis años. Entonces, hasta el momento, no ha sido tan necesario sistematizar con algo más tangible, tan concreto. Puede ser que a medida que la oficina avance vamos a tener que de cierta forma hacer ese trabajo para optimizar ciertas cosas. No lo sabemos, quizás no, pero por el momento no ha sido tan necesario. Puede ser que en diez años más las cosas cambien y tengamos todo super sistematizado, desde la gente que trabaja, desde la cantidad de contenido que se genera, etc. Pero por ahora no ha sido tan necesario, sino que ha ido variando según cada proyecto.

YE: Pero creo que también hay algo clave, entender la práctica como una producción desde la arquitectura contemporánea. Entender que estamos en un momento que tiene una complejidad donde es muy difícil establecer definiciones. Creo que debido a lo anterior esta sistematización queda de lado y la palabra estrategia se refuerza. La arquitectura contemporánea es mucha más problemática y no tiene estos discursos cargados que de alguna manera están mirando hacia el futuro. Uno también se enmarca dentro de un momento, dentro de ciertas problemáticas o situaciones, y es allí donde estas estrategias son claves para poder operar. 

{in}: Además de la realización de encargos, también ha desarrollado carrera en el campo de la docencia, lo cual supone una oportunidad para desarrollar especulaciones que quizá los encargos no permiten. ¿Qué particularidades les ha ofrecido la docencia en el desarrollo de sus planteamientos que el encargo de proyectos no ha podido hacer?

YE: La docencia, y en este caso, el espacio académico, es fundamental. Creo que de estas tres líneas de trabajo que mencionó Fabiola en un comienzo: diseño y construcción, investigación y docencia, es en esta última en la cual decanta toda la carga de contenido que podemos estar produciendo o discutiendo en la oficina. La docencia nos da la posibilidad de generar un espacio mucho más abierto, mucho más extendido, de largo aliento, donde esa especulación se puede ir decantando, se le puede dar un momento más reflexivo para poder profundizar. Responder a estas preguntas ha sido más fácil a partir de un taller de arquitectura y proyectos, o en un ramo más ligado a la investigación, más de exploración y de levantamiento de información. Creo que eso ha sido clave. Si nos remontamos a nuestro primer workshop “des_VINCULADOS”, realizado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, fue una instancia donde los tres proyectos de “Encargos comunes” se pusieron a disposición para que los estudiantes operaran sobre ellos, y eso, obviamente, nos dio la posibilidad de generar una pequeña masa crítica sobre las problemáticas de los sectores medios. Pero al mismo tiempo, generamos otra capa donde nosotros podíamos ver otras respuestas sobre nuestros proyectos que ya estaban construidos. Para nosotros eso fue fundamental porque nos daba otra mirada o nos generaba una distancia necesaria entre nuestros proyectos que habían tenido muy buena crítica o muy buenos comentarios. Mientras se realizaban en la FAU los otros talleres paralelos y los encargos tradicionales o típicos de las escuelas de arquitectura: hospitales, colegios, etc., en “des_VINCULADOS” nosotros estábamos operando en una pequeña escala, pero con una carga y una problemática muy contundentes que eran próximas a los estudiantes. Finalmente, eran proyectos similares a los que muy posiblemente les pudieran llegar en 4to y 5to año, incluso antes de ser arquitecto o cuando estaban recién graduados, y con este workshop ellos podían aproximarse a una respuesta quizá mucho más interesante dentro del desarrollo de su práctica.

FG: Son varios puntos o particularidades que nos ofrece la docencia, pero yo creo que una de las más importantes sin duda es poder plantar esta semillita del cuestionamiento y crítica de lo que es la arquitectura en la clase media. Considero que eso es una de las cosas más importantes, que los chicos empiecen a entender y a ver que existen este tipo de proyectos. Como decía Yair, en el workshop fue bien interesante cuando los chicos comentaban que durante su formación nunca habían hecho proyectos de vivienda de ese tipo, más que nada habían hecho proyectos de vivienda para el artista, para el poeta, etc. Fue bien interesante ver como los chicos se empezaban a cuestionar bastantes cosas. Creo que esa es una de las cosas más interesantes, y de allí uno puede ir empezando a abordar el diseño, la investigación, todo dentro de la misma academia en ramos que pueden ir indagando más allá sobre cómo se conforma la clase media, como es la arquitectura, como son los referentes que existen, como son las problemáticas, etc. Y también desde el proyecto podemos ir evaluando como es la llegada del arquitecto a este segmento, cuáles son los diseños que podemos ir proponiendo o las oportunidades de diseño que nos entregan también. Entonces hay un mundo bastante amplio para poder indagar en donde los chicos, por lo menos en los lugares donde hemos estado, no han tenido esa relación directa desde la escuela, y eso nos parece bien interesante y por lo tanto fue nuestro principal planteamiento al momento de entrar a la docencia. A nosotros nos parece muy importante que esto aparezca y que empiece a aparecer en la académica, desde adentro, y que los chicos salgan de la escuela sabiendo que pueden hacer vivienda social, vivienda con un presupuesto infinito, y también vivienda para este segmento de clase media. Yo creo, desde mi punto de vista, que una de las cosas más importante es plantar esta semillita y hasta ahora las escuelas nos han dado esa oportunidad.